sábado, 20 de febrero de 2016

Mirándome al Espejo

Por: Jesús Rodríguez

Todo comenzó mirándome al espejo, nunca pensé que un reflejo dijera tanto de una persona, de su físico, sus emociones, sus anhelos, deseos y sobre todo te ayuda a reflexionar sobre tu propósito entendiendo tu presente. Recuerdo una etapa de mi vida donde todo parecía hermoso, no habían demasiadas preocupaciones, solo existía una incesante búsqueda de saber ¿qué sería de mí en el futuro?.


Como todo joven, cada día comenzaba con el grito de guerra "al ataque", apoyado en el único versículo bíblico que me venía a la mente cuando me veía en el espejo, Génesis 2:18 que dice "Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él" (RVR1960), ¡que conveniente!; pues, estaba en la búsqueda de una compañera que cumpliera con ciertas especificaciones, creo que en lo último que pensaba era en el propósito de Dios para nuestras vidas.


En ese caminar sufrí muchas decepciones en mi vida, experiencias traumáticas y no tan malas, una mezcla de sentimientos que fueron marcando mi perspectiva acerca del noviazgo. Hoy quiero compartir contigo unos tips que te ayudarán a enfocar tu vida en la perspectiva correcta y prepararte para tomar la mejor decisión de tu vida:


Sé natural y auténtico. La honestidad y la transparencia son esenciales para convertirte en una persona saludable. Romanos 12:3 dice: "Por la gracia que me es dada, digo a cada uno de ustedes que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con sensatez, según la medida de fe que Dios repartió a cada uno".


Conviértete en una persona completa antes de pensar en casarte. Ponle empeño en desarrollar cada área de tu vida. Tomando como referencia una dinámica utilizada en un tema de crecimiento personal dictado por el Programa de Formación de Microempresarios de la Banca Comunitaria Banesco, llamada "La Rueda de la Vida", ésta busca medir el nivel de satisfacción que experimentas actualmente en las diferentes áreas de tu vida, como son: personal, salud, pareja, social y familia, trabajo y productividad, finanzas, disfrute y por la más importante, espiritualidad; yo hago énfasis en este último, como mi relación con Dios. Si a cada aspecto le damos un valor del 1 al 10, debería formar un círculo perfecto, una rueda. De tener algún valor más bajo o más alto que el resto, la rueda se desgasta hasta el punto más bajo; lo que la hace más pequeña. Esto implica que si ponemos en movimiento esta rueda, mientras más pequeña, más esfuerzo hay que hacer para alcanzar el objetivo, nuestro propósito.


Fuiste creado con un propósito. Dios te creó a su imagen y semejanza, te equipó con dones, talentos, habilidades y te dió un propósito único aquí en la Tierra. No pierdas el enfoque de tu vida, lucha por cumplir tu misión. Toma fuerzas cada día y aprópiate de esta palabra escrita en Salmos 138:8, que dice: "Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos". Cuando dos personas tienen propósitos distintos, el tiempo se encarga de separarlos. Pregúntate ¿qué carrera ha marcado Dios para mi vida?.


Desarrolla patrones de vida saludables. Un patrón es un comportamiento adquirido que se repite en un grupo social, familiar y llega a formar parte del carácter de una persona. Hay patrones nocivos, la Biblia los especifica en este pasaje:


"Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre". S. Marcos 7:21-23

Para desarrollar patrones de vida saludables, debes poner en práctica estos cuatro pasos: Primero, identificarlos y renunciar a ellos en oración (1 Juan 1:9). Segundo, acepta el perdón de Dios (Romanos 8:1). Tercero, ejercita a diario nuevos hábitos saludables (Filipenses 4:8; S. Juan 15:10; S. Mateo 26:41; 2 Timoteo 1:13). Por último, disfruta tu nueva vida en Cristo (Colosenses 1:10; 1 Timoteo 4:12).


El matrimonio no fue diseñado para llenarte a ti. Hay quienes tienen una concepción errada de la pareja ideal, diciendo "Ya conseguí mi media naranja". Tratar de conseguir una pareja para llenar sus carencias no es más que salpicar con su fracaso a otra persona. Compartiendo este tema, aprendí en el material oficial del Curso Prematrimonial UNO, de la Universidad de la Familia, la Ecuación del Matrimonio: "1x1=1". Esta sencilla fórmula explica que cuando se unen dos personas completas el resultado va a ser un matrimonio completo y feliz; además de multiplicar sus fuerzas, ley de la sinergia, se multiplica el alcance de sus propósitos al unirse en una sola carne (S. Marcos 10:8; Deuteronomio 32:30).


Termino mirándome al espejo, veo a una persona completa y feliz, con una matrimonio saludable y una familia saludable. Mi deseo es que tú llegues a esa meta. Sólo me queda decirte que "una persona está completa cuando su espíritu, alma y cuerpo caminan en la voluntad de Dios y luchan por ella".

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